ELEGIA A LA MUERTE DE CONCHA GARCIA CAMPOY
Nota: este articulo, salvo algunos fragmentos del mismo que se suprimieron por razones de espacio, se publico, el domingo 18 de agosto 2013, en el suplemento dominical del diario El Correo Gallego de la capital de Galicia (Santiago de Compostela-Galicia-España)
Ha sido un verdadero mazazo escuchar la noticia de la muerte de la periodista Concha García Campoy (54 años), después de resistir ejemplarmente contra la mala leucemia que sufrió, y que llevó con gran fuerza y entereza al mostrarse alegre, positiva y con ánimo, aún estando gravemente enferma, y al hacer público, con una sonrisa en los labios, tras su recaída, que lucharía sin tregua por ponerse bien. Esta actitud ha sido/es muy positiva para motivar y arropar a otros enfermos que tienen enfermedades graves, a los mas desprotegidos y que merecen todo nuestro apoyo y, por supuesto, la mejor asistencia. Digo esto, porque en Galicia y otras partes de España, bastantes enfermos de cáncer, de enfermedades graves, tienen que sufrir sus consultas y duros tratamientos en condiciones bastante lamentables. Este tipo de denuncias eran comunes, por parte de los oyentes que podían participar activamente en el programa pionero, original y muy creativo A vivir que son dos días de la cadena de radio Ser, que se puso en marcha, en 1987-1988, bajo la dirección, conducción, la buena mano y voz de Concha García Campoy, con 29 años, que lo llevó muy bien, con gran éxito y con dos pesos pesados como subdirectores, su marido el sociólogo, gastrónomo y escritor Lorenzo Díaz y el periodista, guionista, autor de documentales Javier Rioyo. El que suscribe, conocí a Concha en dicho programa, donde intervine críticamente , en numerosas ocasiones, a pesar de discrepar, dura y claramente, con la línea progre y proPSOE que imperaba en el mismo, y, más, aún, mucho más, en dicha cadena, empero mucho mas libre, plural, rigurosa y abierta que lo que sucedería posteriormente en que se hizo mucho mas partidista, sectaria, neoleninista, pujolista, antinación española, berlusconiana, etc.
Termino como hacía en el programa de Concha A Vivir que son dos días, con una elegía a partir de Hölderin, Novoneyra, Mari Solera Licho, R. Cabanillas, La Lupe de/por Cuba Libre y Larico da Veiga. Va por ti Concha, al mismo tiempo, que suena la conmovedora y genial interpretación de la Meditación de Thais de Jules Massenet, a cargo del virtuoso violonista francés Renaud Capuçon, y que siempre nos la mantendrá bella, sonriente, románticamente presente: Tu, inmortal, Concha García Campoy, aunque tu cuerpo ya no este entre nosotros, yo te canto/ Oh, Dios del mar, permite que sigan sonando en su honor tus olas-vagas verdecentes-vivificadoras-conchianas/ Que sobre las aguas nade alegre, sin miedo, espìda, nu/ y que su espíritu, su juguetona traza siga siempre celestial presente/ Eterno mudar, devenir/ perderse, encontrarse, volverse a perder/ Lenguaje de dioses y ángeles bizarros/ Luz de luces y tinieblas/ Frente al temor, la mentira, el odio, la contaminación, el desgarro mortal/ deja que al fin ella eternamente en el fondo la verdad radicalmente desnudadora el silencio la belleza el amor recuerden/ Luchar honrada y noblemente para seguir luchando/ recordar para seguir recordando/ cantar para seguir cantando/ jugar para seguir jugando/ amar para seguir amando. Vaise, vaise e vaise/ vaise a nosa Conchiña/ arrincada de supeto pola gadaña da friaxe/ Mais, no camiño da eternidade/ no camiño da espititualidade/ fica con nos/ a sua voz/ a sua bellezza/ o seu sorriso/ o seu espirito loitador e comprometido/ a sua vitalidade quente/ O que non nos arrebatará naide/ Vaise e ven/ ven e vaise/ vaise e ven a nosa Conchiña/ polo camiño santo e peregrino/ polo camiño diviño do aire/ Camiño longo/ Camiño de lucerios e escuridades/ Camiño de amor e dor/ Camiño de tristuras e felicidades/ Camiño da verdade/ Camiño das nosas vidas.
Su hijo (del amigo Lorenzo Díaz como su otra hija Berta); su hijo Lorenzo (1992), nos partió a todos el corazón, nos hizo llorar en su funeral al leer, con fuerza, rigor y valor, un vibrante y muy emocionante escrito lleno de amor y dolor, en el que dijo que su queridisima madre, Concha García Campoy, a la que tanto quería y que tanto lo quería como a su hermanita pequeña de 15 años Berta/Bertita (1998; igual de guapa, igualica que su madre y, si cabe, si cuadra, por la mejora de la especie, más), siempre le dijo que para ser feliz había que tratar de hacer felices a los demás. Lo que me parece un homenaje maravilloso a su madre y un mensaje fundamental que debemos tratar de cumplir. Descanse en paz nuestra querida y siempre recordada Concha García Campoy: la muerte es mas fuerte que el cuerpo/ empero, el amor es mucho mas fuerte que la muerte.
Miguel Cancio
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