jueves, 19 de agosto de 2010

A la memoria de Jose Vilas Nogueira

A LA MEMORIA DE JOSE VILAS NOGUEIRA

Ha muerto el catedrático de ciencia política de la Universidad de Santiago de Compostela, el amigo Pepe Vilas Nogueira, un buen gallego y español, y que estaba bastante enfermo.

Conozco a Vilas Nogueira desde hace bastante tiempo, primero, en la lucha frente a la dictadura franquista y por la democracia en España, después, en las luchas por una universidad mejor y, últimamente, en la lucha por una España, una nación española unida, libre, abierta, integradora, con una democracia constitucional con seguridad, garantías y principios, y frente a los que, por el poder y sus privilegios, por diversos fundamentalismos, fanatismos, nomenklaturismos, extremismos, populismos y oportunismos están dispuestos a promover el odio y la crispación, los enfrentamientos entre los pueblos españoles, la vuelta de las dos Españas, la llamada Segunda Transición de la Ruptura.

Coincidí con Vilas Nogueira en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Santiago de Compostela, donde fue profesor de Teoría del Estado, de Ciencia Política y decano de dicho centro (lo apoyé para dicho cargo).

En mi opinión, Vilas Nogueira forma parte de aquellas personalidades de Galicia, otras partes de España y otros países que han considerado: que el fin buscado nunca puede justificar los medios empleados cuando estos son negativos, se basan en el juego sucio y conducen o pueden conducir a lo peor de lo peor; y que un partido es, debe ser un instrumento político para mejorar las cosas de forma digna, honrada, por medio del juego limpio y no un fin en sí mismo, una instancia para hacer carrera a cualquier precio, para sacar tajada, para buscar una coartada a diversas actitudes y comportamientos totalitarios, dogmáticos, autoritarios, sectarios, narcisistas, clientelares, mafiosos, etc.

Por ello, cuando se ha equivocado, no ha dudado en reconocerlo y en aprender de los errores individuales, grupales y colectivos. Lo que me parece muy importante y necesario, especialmente en España y más, aún, en Galicia, en los lugares donde se apoya poco el reconocimiento de los propios errores y la rectificación de los mismos, el riesgo, el espíritu y las iniciativas emprendedoras, la independencia de criterio frente a quien quiera que sea, frente a lo que sea, y donde la mano invisible del Sostenella y no Enmendalla, de una cierta chulería, prepotencia individual y de grupo (egolatría, grupolatría, etc.), de la envidia, el odio y el resentimiento, de que el éxito mío es el fracaso del vecino, de los principales competidores y cuanto mas fracasan estos mas me alegro yo, de andemos yo y los míos calientes y que le den por saco a los principios y al resto de la gente, del clientelismo, del viejo y nuevo caciquismo, etc. vienen dando lugar a planteamientos polítiqueros, partidistas, dogmáticos, fanáticos, oportunistas, narcisistas y muy sectarios que hipotecan la búsqueda del bien, de la verdad, la libertad responsable, el juego limpio, la critica y justicia justas con el fin de legitimarse-justificarse, de ganar-no perder como sea, de desacreditar, deslegitimar, desestabilizar, ningunear y liquidar al otro, a los otros, y a los que se convierte en los peores chivos expiatorios, en los enemigos perfectos, en la fuente de todos los males y contra los que vale todo incluido lo peor.

Ultimamente fui con él a dar alguna charla (lo llevé en el coche en varias ocasiones) en defensa de liberalismo humanista de juego limpio y para potenciar la sociedad civil que cree en la libertad responsable, en la critica y justicia justas. Siempre lo leía con gusto en El Correo Gallego y en libertaddigital.com. Aunque ya estaba bastante fastidiado de salud, no había perdido su excelente capacidad de análisis, lucidez y su brillante ironía; no rehuía ningún asunto aunque fuese muy incorrecto políticamente (lo que es muy de agradecer tal como esta el paño político, sindical, judicial, mediático, empresarial, profesional, universitario, científico, intelectual y social) y llamaba a las cosas por su nombre.

Vilas Nogueira, en mi opinión, llevo a cabo una importante y positiva labor docente e investigadora, de gestión y extensión universitaria en la universidad, y también como ciudadano.

Descanse en paz el amigo Pepe Vilas Nogueira, un buen gallego y español.

Fdo. Miguel Cancio, economista y sociólogo, profesor de Sociología, Sociología de la Empresa y Socioeconomía del Desarrollo y los Movimientos Sociales de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Santiago-Universidad de Santiago de Compostela (Galicia-España)/19-08-10/Pagina web: miguelcancio.com






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